Los beneficios de los helados para los niños
Los helados para los niños son placer para el paladar y diversión. Mientras tanto, padres y madres pueden estar tranquilos por lo mucho que aportan, siempre y cuando se escojan opciones caseras o artesanas. Veamos por qué.
1. Ricos en nutrientes
Los helados que se elaboran a partir de leche y frutas tienen vitaminas A, C, D, E e incluso K, aunque en menos cantidad. También son ricos en calcio y fósforo, así como en ácido fólico, niacina…
Si el problema es la lactosa, los helados a base de yogur no la tienen y aportan todas las vitaminas y minerale de la leche.
2. Una manera de introducir la fruta
El clásico helado en formato polo, hecho a partir de zumo de frutas, es una opción muy efectiva y atractiva para introducir la fruta en la dieta de los niños. El polo, además, no es tan calórico como los helados en crema.
3. Puede combatir la irritación de garganta
Instituciones como la Biblioteca Nacional de Salud de los Estados Unidos recomiendan en sus webs combatir el dolor de garganta con frío. En el caso de la amigdalitis, por ejemplo, hay quien defiende que el helado puede servir como anestésico y reducir la inflamación, por lo que alivia de forma temporal los síntomas.
Eso sí, conviene no abusar. Como alimento rico en azúcares, también pueden tener el efecto contrario en la inflamación, o producir una disminución de la temperatura corporal ante la que el cuerpo respondería, cuando debería dedicarse a otros procesos en medio de la curación.
4. Son una herramienta para la educación nutricional
Los helados comerciales tienen más grasas y azúcares que los artesanales, a la vez que su aporte nutricional es prácticamente nulo. El entusisamo que generan entre los niños proporciona una excusa para explicar la diferencia entre uno y otro, y que aprendan a elegir bien y en las cantidades adecuadas. Es algo que luego podrán aplicar siempre.
Helados Miquel
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