Helados de crema o helados de hielo
Los helados apetecen en cualquier momento, sea cual sea la estación del año, pero en verano nadie se resiste a sentarse en una terraza a degustar uno, dar una paseo nocturno mientras lo lleva en la mano o combatir el calor en la playa o en la piscina.
La variedad es muy amplia y, antes incluso que el sabor, se suele elegir el tipo de helado, si de crema o hielo, lo que muchas veces tiene que ver con lo que más apetezca en cada momento.
Hay diferencias evidentes como la textura (unos son cremosos y los otros más sólidos), la forma de comerlo (unos con cucharita y los otros con el clásico palito, en la mayoría de los casos) o lo refrescante que resulten (los de hielo suelen estar más fríos). Pero hay otras que no se ven, y te las contamos a continuación.
Helados de hielo
Hay clásicos como el de limón o el de fresa a los que cuesta decir que no. Sus ingredientes principales son el hielo y los jarabes de fruta, aunque el aporte de esta última suele ser bajo. No tienen muchos nutrientes y están compuestos básicamente de azúcar.
Sin embargo, su escaso aporte calórico los convierte en una alternativa ideal para todas aquellas personas que quieren controlar su peso, ya que rondan las 100 calorías por cada 100 gramos.
Helados de crema
Chocolate, fresa, vainilla, turrón o tutti fruti son los sabores más tradicionales, pero se ha innovado tanto que ya se pueden encontrar de donut, de palmera, de queso con higos y otros muchos. La diferencia principal con los anteriores es que los helados de crema se elaboran a partir de leche o nata.
Con ellos, claro, también existe una contrapartida, que en este caso es positiva: aunque también tienen bastante azúcar, aportan muchos nutrientes. Hablamos de proteínas, calcio, aminoácidos esenciales y vitaminas como la B2 y la A.
En definitiva, considerando las ventajas de cada uno, te invitamos a elegir en función de lo que te apetezca más.
Helados Miquel
Helados de crema o helados de hielo